domingo, 1 de noviembre de 2009

Las tres "b´s"

Parece que un comerciante

su tienda remodeló

y en el frente le pintó

tres grandes Bes

que al instante

le llamaron la atención

al de la tienda del frente,

un libanés, que corriendo

al contrincante llegó:

-¿Qué dicen esas 3 Bes?-

le preguntó con recato,

-Pues esas tres bes solo dicen:

BUENO, BONITO Y BARATO.

Entonces el libanés

más ligero que inmediato

remodeló su negocio y ordenó

pintar tres Bes

más grandes que las del frente.

Indignado el contrincante

claro, le fue a reclamar

-¿Por qué puso esas 3 bes?

lo demandaré al instante!-

Por qué demandarme a mi

dígame por qué mi hermano?

“BUENO, BONITO Y BARATO”

dicen sus bees y las mías

BASE BALANTE BAISANO.

Para Laurita

Yo quisiera Laurita, yo quisiera,

Lo digo de verdad

Que el tiempo su marcha detuviera,

Que fueras siempre cariñosa y buena

como en la actualidad.

¿Por qué querer crecer?

Si con los años

llegando a ser mujer

suelen venir también los desengaños…

¿Por qué querer crecer?

Sin embargo mi lindada

esa es la vida,

nada se puede hacer.

Solo le pido a Dios

que al paso de los años

cuando ya seas mujer

no olvides a esta abuela que te quiere;

recuerda que tal vez

llegarás tu también a ser abuela

y entonces solo entonces, mi ñatica,

me podrás comprender.

Con mil besos de tu abuelita Mavisa.

Enero 10 de 1976

lunes, 28 de septiembre de 2009

La Cigüeña Distraída


Yo siempre he pensado que el alma es algo así como una mariposita y que cuando el cuerpo muere, ésta, libre ya de la cárcel que la ha tenido aprisionada, sale volando convertida en mariposa en busca de la luz que a de llevarla por el camino desconocido del más allá.


Sin duda por eso, una noche tuve un sueño muy extraño. Soñé que me había muerto y que mi alma, ya transformada en mariposa, había salido volando en busca de Dios.

Cuando más alegre volaba hacia lo ininito, descubrí a lo lejos algo muy extraño, un gigante espantoso con tres orejas en lugar de dos y un ojo colorado en media frente; estaba con una gran bolsa de cazar mariposas atrapando a las pobrecitas que no habían podido librarse de tan terrible cacería. Me paré en una ramita y desde ahí pude ver la suerte que corrían las infelices. Les estripaba la cabeza y luego las dejaba caer en un inmenso hueco que había en las profundidades de la tierra.

Me quedé inmóvil, ain saber que hacer, cuando vi que venía hacia mí una mariposita blanca , toda temblorosa. Por milagro de Dios había escapado de caer en la bolsa del gigante. Al llegar a mi lado, cayó desmayada. Reaccioné de inmediato: ya me sentí yo responsable de aquella mariposita que había buscado mi amparo. Sin duda como me vió más grande se creyó protegida a mi lado. Por obra de Dios seguramente, yo me había trasformado en una mariposa grande y he debido escoger, porque no me trasformé en una de esas mariposas negras que se meten a las casas y dan miedo; no, yo era un hermoso colipate tornasolado.

En el apuro en que me encontraba, muerta de miedo, invoqué en mi ayuda a todos los santos del cielo y por gran dicha, los santos me oyeron. Inmediatamente, como por obra de magia, se desató un aguacero torrencial con rayos y truenos. Lo primero que se logró fue que se le arruinara la bolsa al gigante, porque la tela se le pagaba por los lados. Después, un rayo certero acabó con la vida de aquel monstruo.

En ese instante, la lluvia dejó de caer y el cielo quedó azul y despejado. Era el momento de reanudar el vuelo, pero cómo, con aquella mariposa desmayada?. Traté de reanimarla, pero en vano, ¿qué hacer entonces? –No podía llevarla conmigo, ni tenía el valor de dejarla abandonada!-En eso estaba, cuando de pronto distinguí a lo lejos algo que venía volando desde el cielo. Cuando estuve más cerca, vi que esa una cigüeña y volaba con dificultad, porque traía, por lo visto, una gran carga. –“Deben ser gemelos”-pensé. Luego noté con asombro que la cigüeña venía hablando sola y pude escuchar que decía:

-“El machito es para Mr.Smith, en Golfito, el chinito para Mr.Chan-Chun-Chin, también en Golfito y el negrito para Mista Johnson en Limón”-.

-“Que barbaridad!”-, pensé; tres chiquitos en un solo viaje!”- Y movida por la curiosidad me acerqué a la cigüeña y le pedí que me diera permiso para verlos. –Ella consintió, siempre que lo hiciera rápido pues llevaba dos horas de retraso. “-Seguro”- , le dije-“ Me asomé a la bolsa, -“Que lindos eran!, el negrito brillante, parecía recién embetunado, el chinito, con dos zanjitas en vez de ojos y la coca pelona con cuatro pelos parados en la coronilla y el machito, blanco y lindo con sus ojitos azules que cerró enseguida al ver la luz. Aproveché para contarle a la cigüeña mi problema y ella prometió ayudarme a su regreso llevándose la mariposita desmayada.

De pronto, llamó mi atención una tira colorada que llevaba la cigüeña en una pata, -“Señora Cigüeña, le pregunté:

-“Por qué lleva esa tira dolorada en la pata?”-

-¡Ay de mí”- exclamó la pobre dando un grito. “con lo que lo advirtió nuestro Señor: “qué voy a hacer si por estar hablando se me ha olvidado la lección”-.

-Cuál lección?, -le pregunté, pero ya la cigüeña había reaudado el vuelo y solo llegaron a mis oídos estas palabras:

-El negrito es para don Chan Chun Chin en Golfito”-

Duré solo unos segundos para ordenar mis ideas y darme cuenta de que , por mi culpa, la pobre cigüeña iba a cometer una terrible equivocación. –“Señora Cigüeña”!, grité con toda la fuerza de mis pulmones, pero mi grito no llegó a sus oídos, ya estaba demasiado largo.

-“Dios Santo, exclamé, que no le pase nada a la cigüeña”-

Siguió un largo silencio, solo interrumpido por el canto de las chicharras que abundaban en aquel lugar. Quise dormir para que el tiempo no se me hiciera demasiado largo, pero fue imposible. No podía conciliar el sueño. Pasaron largas horas, cuando de pronto: -¡”Pun!, un ruido metálico llegó claramente a mis oídos.

-Que podía ser aquel sonido que sin quererlo yo lo comparaba con el que hace una escopeta al dispararse?

–Oh Dios, volví a exclamar, apiádate Señor de la cigüeña!”. En vano trataba de quitarme de la mente tan terrible duda y cuando ya empezaba a tranquilizarme, ¡Pun!”- volvió a repetirse el mismo ruido. –No por Dios, exclamé, me vuelvo loca, que podrá estar pasando a ese pobre animalito que no hace otra cosa que cumplir las óprdenes que le da el Señor’, si se ha equivocado yo soy la única culplable, claro, yo no sabía que tenía tan mala memoria la pobrecita!”- “Pero, por qué pienso lo peor?”- -Tal vez no son tiros de escopeta los que he oído, también es posible que le hayan disparado a otro animal, a un tigre, por ejemplo”. Estaba en esas conjeturas cuando un tercer Pun!, resonó con fuerza en el espacio y terminé por completo con mis esperanzas, .”ya mataron a la cigüeña”- dije con desaliento, “y por mi culpa”.-

Peso estaba equivcada, porque pasados unos minutos que se me hicieron horas, la distinguí a lo lejos; venía volando hacia donde yo me encontraba, con un vuelo irregular no acostumbrado, traía las plumas erizadas del susto y el pico blanco blanco. Llegó donde yo estaba y solo dijo estas palabras:

“-Los tres maridos tiraron a matarme”- y cayó desmayada junto a mí.

-Gracias a Dios!”, exclamé más tranquila.

Pero como pasaba el tiempo y el son empezaba a ocultarse y la cigüeña no daba señales de vida, empecé a preocuparme de nuevo.

“-Se habría muerto?, pensé. No, no puede ser, es un desmayo solamente, el susto que se llevó fue muy grande”.- Tal vez, mojándome las alas en aquel manantial que se ve cerca y rociándole la cara puedo reanimarla, pensé, y seguramente uní la acción a la palabra porque es ese moemnto sentí un frío espantozo, abrí mis ojos (no los del colipato) y me encontré en mi cama, bañada de arriba abajo con el agua que en un vaso acostrumbro dejar siempre en mi mesita de noche, como les dije al principio, estaba soñando.

Moraleja

Los mandatos del Señor

no debemos olvidar;

así lo de la cigüeña

nunca nos puede pasar.

Carta #3 a Jenny

Que falta que me haces

bodoque querido!

Todo está en silencio

parece dormido.

Tu linda carita,

tus dulces gorjeos

busco en los rincones

que están solos, feos.

Como tu mamita

quiere que te escriba

un verso en el libro

que habla de tu vida

escojo el momento en que estoy tan triste

porque hoy muy temprano ñatica te fuiste.

Cuando pase el tiempo

y ya grandecita

estas líneas leas

al lado de Elsita

Piensa en mi un momento, porque tu abuelita

pone toda su alma pidiendole a Dios

bondad y pureza para ustedes dos.

Tu abuela

Mavisa

Carta #2 a Jenny

Mi muy querida ñatica

Aunque algo tarde

le mando este pobre regalito

deseando sea muy feliz

mi adorada bodoquito.

Le mando las postalitas porque tengo la intención

de que le lleguen a tiempo

de su primera comunión.

Cuando reciba al Señor

piense en mí ñatica linda

que yo lo estaré invocando

para que en esa oración

que El llega a usted, usted a El

le entregue su almita pura

y entero su corazón.

Su abuelita

Mavisa

Carta #1 a Jenny

Me pides mi linda

que encabece tu album

con unos versitos

sin saber que yo

ya soy una vieja

tonta de remate

y si en vez de un verso

pongo un disparate

así en un instante

tu album se arruinó.

Sin embargo linda

quiero complacerte.

¿Te gustan los cuentos?

Pues aquí estoy yo

inventando alguno

y si tengo suerte

me saldrá tan lindo

como el del pelón.

Era en casa de alto

en donde vivían

tres lindas chiquillas

y la Mama Chona

con papi y con mami

y de cuando en cuando

tambien con la abuela

gorda y majadera

y lo mas curioso,

así como yo!

Ya las dos mas grandes

están en la escuela

la escuela de inglés

y aunque la pequeña

solo está en el kinder

ya lo está aprendiendo

pues ya dice: yes

La abuela y la Chona

no entienden ni papa

y a veces que tratan

de hablarlo talvez

piden la "poteto"

por pedir la papa

y dicen la "face" por decir la feis

Y así van pasando

los días, los meses

y también los años

se van sin saber,

pasan alegrías

también desengaños

porque así es la vida

que le hemos de hacer!

Tu abuela

Mavisa

Mayo de 1971


Abuelita y el Ajedrez

Nos recuerda Peggy otra anécdota vacilona da abuelita.

"En una oportunidad, abuelita fue a Turbo, donde mi papá era Gerente General de la United Fruit Company. Tenían una casa muy linda entre árboles de todo tipo y muchos animales y a abuelita le encantaba ir. Mi papá tenía algunos amigos jugadores de ajedrez que iban algunas tardes a jugar. Había un señor que siempre ganaba y era muy prepotente y rajón. Mi papá trataba por todos los medios que jugara con abuelita pero él despreciaba la invitación diciendo que a las mujeres les daba paliza.

Un día mi papá lo invitó a la casa a jugar pero había dicho en la oficina, que a una hora específica lo llamaran a la casa y dijeran que lo necesitaban urgente.

Así se hizo, cuando mi papá estaba empezando el juego con el señor, lo llamaron y mi papá se disculpó diciendo que tenía que ausentarse por un rato y que mi abuelita continuaría mientras volvía.

La paliza que le dio abuelita fue memorable y quedó tan enchilado que frecuentemente iba a jugar con ella. Nunca le pudo ganar

En otra oportunidad, cuando mis papás vivían en la finca en Heredia, tío Coqui le llevó un computador de ajedrez a abuelita para que jugara. Abuelita empezó ganándole a la máquina, pero cuando ya llegó a un nivel muy alto, la máquina le comió un alfil que ella no esperó y la cogió por sorpresa. Cuando en eso se oye a abuelita furiosa, peleando con la máquina: “Tramposo, no tenía por qué comerse ese alfil, juegue limpio”.